Estoy leyendo la obra que lleva como título el encabezado de la presente entrada y no exagero al compartirles que ¡estoy encantado con lo que estoy encontrando!
Para muestra de ello, a continuación registro algunas de las "joyas" para la reflexión que me "han saltado" producto de la lectura, a saber.
- "La habilidad de un gerente no radica en motivar, sino en comprender aquello que mueve a los demás". Qué sencillo y a la vez difícil resulta esto.
Es sencillo por su obviedad, y que descarga hace para los gerentes y ejecutivos, que cuando se les presentan situaciones de desmotivaciones de sus colaboradores, sienten la terrible encomienda y responsabilidad, avivada por los propios colaboradores con la expresión lapidaria de "mi jefe no me motiva", de que ellos tienen que motivar a los demás.
Es difícil porque estamos poco acostumbrados, y menos proclives, a interesarnos por lo que les sucede a los demás, y sobre todo a nuestros colaboradores, ya que perpetuamos el que son los colaboradores quienes deben moverse hacia nosotros, deben estar atentos a nuestras peticiones y requerimientos, y no a la inversa.
Pero, supongamos por un momento que ya sé qué es lo que mueve a mis colaboradores, a cada uno de preferencia, y ¿ahora qué?
La autora, Carole Pemberton, viene en nuestro auxilio y nos compromete con la siguiente cita:
- "La labor del gerente consiste [luego entonces] en crear las condiciones en las cuáles la motivación inherente a cada individuo se libera y canaliza hacia metas alcanzables".
¡Vaya tía, qué fácil la pone!
¿Qué creen ustedes?
Cordialmente
¡HAZ QUE SUCEDA!
2 comentarios:
ufff, algo dificil de enteder, por que siempre se pierde de vista que como jefes debemos de estar atentos a los requermientos o necesidades de nuestros colaboradores para que den mejores resultados y se sientan motivados.
Una vez termine de leer este portentoso libro de Pemberton puedo decir que me quedo con la sentencia inical del libro: las personas no abandonan a las empresas, nos abandonan a nosotros los gerentes...
...A veces basta con una frase [usted no es mas que un facturador] nuestra para botar el trabajo de semanas, de meses e incluso de toda una vida. Busquemos que nuestras palabras esten indeleblemente permeadas de coaching.
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